Hannah

Dentro de los estrenos de esta semana, el que más me llamaba la atención era el de Hannah, no solo por el elendo, sino por lo que proponía: una niña criada por su padre en medio de un bosque alejado del mundo moderno y entrenada como una perfecta máquina de matar; el por qué y con qué fin, un misterio que dilucidaría el ver la peli.
No me arrepentí de ir a verla. Hannah es sorpresiva, violenta, adrenalínica y, sobre todo, creativa. Es un choque de géneros armonioso: fábula, acción, suspenso y espionaje se entremezclan en forma vertiginosa, y uno no puede dejar de sorprenderse y ver qué sigue.
Joe Wright (el director, creador de "Pride and Prejudice" y "Atonement") logra que el ritmo no decaiga en ningún momento, creando en el espectador la sensación de que todo puede pasar en la historia, nada es predecible.
El casting fue hecho a la perfección. Eric Bana, y sobre todo Cate Blanchett (que, alejándose notablemente de otras criaturas que compuso en su riquísima carrera, crea una villana mala mala, fría pero al borde del colapso en cualquier momento) muestran su oficio, pero la que llena de talento y frescura la pantalla es la jovencísima Saorise Ronan (para mí, lo único bueno de la decepcionante "The lovely bones", la última de Peter Jackson). Llama la atención de una persona tan joven muestre tanta ductibilidad y talento.
Eso sí, creo necesario advertir que no es una película para el que busca que todas las historias cierren, y pretenda encontrar bien claro el "principio-nudo-desenlace" al que nos tiene acostumbrado el cine occidental. La estructura narrativa es mas bien circular y, en muchos momentos, metafórica.
"Adaptate y sobrevive", es el lema de esta jovencita que descubre que la violencia es el inicio y el objetivo de su vida. Adaptate y disfruta, le diría yo al espectador.