jueves, 5 de enero de 2012

CAVE OF FORGOTTEN DREAMS

La cueva de los sueños olvidados

Ficha:

AÑO: 2010

DURACIÓN: 95 min.

PAÍS: Francia

DIRECTOR: Werner Herzog

GUIÓN: Werner Herzog

MÚSICA: Ernst Reijseger

FOTOGRAFÍA: Peter Zeitlinger

PRODUCTORA: Arte France / Creative Differences / French Ministry of Culture and Communication / More4 / Werner Herzog Filmproduktion

PREMIOS: 2011: Círculo de críticos de Nueva York: Mejor documental

2011: Satellite Awards: Nominada a Mejor largometraje documental

2011: Premios de la Crítica de Washington (WAFCA): Mejor documental

2011: Festival de Berlín: Sección oficial (Fuera de competición/Proyección especial)

2011: Asociación de Críticos de Los Angeles: Mejor documental

GÉNERO: Documental | Histórico. 3-D. Prehistoria

Sinopsis: Documental en 3D presentado en el Festival de Toronto 2010, filmado en la cueva de Chauvet de Francia, considerada como uno de los mayores tesoros de la humanidad: es una galería de arte natural con más de 400 pinturas rupestres de 32 mil años de antigüedad. (Fuente: filmaffinity).


Comentario: Se trata de un excelente documental realizado por uno de los mejores directores de la historia del cine. Werner Herzog realizó gran cantidad de excelentes documentales, imprimiendo en ellos ese estilo que lo caracteriza: una visión animal, de una pulsión interior que muestra siempre no solo las historias que están a la vista sino los fantasmas, sueños y demonios interiores de aquello que retrata.

El cine es, para algunos, un arte subjetivo, donde el realizador plasma su visn, su forma de ver una historia. Y los espectadores también lo viven así; algunos prestan mayor atención a los diálogos, otros a la parte estética, a la fotografía y a la edición, otros a las actuaciones. En el cine de Herzog, lo importante es la historia, las pasiones de los personajes, sus motivaciones y deseos más profundos, que los llevan a torcer sus destinos, logrando glorias, fracasos y a veces la locura. Es un animal puro del séptimo arte, una bestia salvaje que respira cine y que ha creado y plasmado historias maravillosas en películas como Fitzcarraldo (1982). O documentales conmovedores como Grizzly man (2005), en los que con su narración pausada y sus impresiones, sus tiempos, logra que los espectadores se adentren y compenetren profundamente en las historias, de tal forma que lo visto se transforma en una experiencia movilizadora que llega a lo más profundo. Y como no podía ser de otra manera, fue Klaus Kinski, otro ser gigante, un par desde la actuación, quien mejor plasmara a esos personajes que bordean la locura -o se sumergen en ella- en sus historias. Quien puede olvidar sus interpretaciones en Aguirre, la ira de Dios (1972), Nosferatu (1979) o la mencionada Fitzcarraldo.

En esta oportunidad Herzog nos conduce a una visita por la asombrosa cueva de Chauvet, en el sur de Francia. Fue descubierta por un trío de espeleólogos en 1994, y más allá de su belleza visual y su riqueza geológica, guardaba otro tesoro en su interior: numerosas pinturas rupestres que son, hasta el momento, las más antiguas halladas (un fechado arrojó una datación de 32.900 años AP). Herzog nos hace de guía y recorremos a su lado por los estrechos senderos metálicos, observando e impresionándonos con las escenas en las rocas. En este sentido, ver las imágenes en 3D es fundamental para poder ver plenamente las pinturas, apreciar la película y sentir la experiencia de estar allí, sintiendo que podemos acariciar las paredes pintadas. Y no sólo contamos con la visión y comentarios de Herzog, que nos va guiando con su voz en off, sino también las interpretaciones, científicas y personales (acaso es fina la línea divisoria si es que existe entre estas dos partes) de los arqueólogos, artistas y demás especialistas que trabajan en Chauvet.

Demás está intentar describir las pinturas en las paredes: hay que ver este film y vivir la experiencia. A través de sus charlas con los distintos especialistas, Herzog nos brinda un acercamiento a la vida diaria del hombre del paleolítico. Lejos de una visión fría o academicista, los especialistas nos comentan de un modo afable y didáctico sus últimos descubrimientos e ideas.

Lo mejor, lejos, de lo visto en 2011. Un documental impresionante.

CALIFICACIÓN: EXCELENTE



CHAUVET

La cueva de Chauvet1 o cueva de Chauvet-Pont-d'Arc es una cueva en el departamento de Ardèche del sur de Francia que contiene las más antiguas pinturas rupestres conocidas, así como otras manifestaciones de la vida del Paleolítico Superior. Se encuentra cerca de la comuna de Vallon-Pont-d'Arc en un acantilado de caliza sobre el antiguo cauce del río Ardèche. Descubierta en 1994, es considerada una de las más significativas del arte prehistórico. La cueva fue explorada por primera vez el 18 de diciembre de 1994 por un trío de espeleólogos: Éliette Brunel-Deschamps, Christian Hillaire y Jean-Marie Chauvet, de quien tomó el nombre. Además de las pinturas y otras pruebas de actividad humana también descubrieron restos fosilizados, huellas y marcas de una variedad de animales, algunos de los cuales se han extinguido. El estudio adicional de la arqueóloga francesa Jean Clottes ha revelado mucho sobre el sitio, aunque la datación ha sido motivo de cierta controversia.

La cueva posee un recorrido de medio kilómetro aproximadamente, en el cual se localizan varias enormes salas que en algún caso alcanzan más de treinta metros de altura. Pero dejando aparte la importancia geológica del hallazgo, lo que interesa de esta cavidad francesa es antes que nada el amplio repertorio de representaciones rupestres que contiene, tanto en pinturas como en grabados. Actualmente hay localizadas unas 420 figuras de animales y llama la atención que, a diferencia de los que sucede en otras cuevas en las que el número de especies representadas es muy reducido, aquí supere la docena: rinocerontes, ciervos, leones, mamuts, osos, caballos bisontes, etc. Pero es que, además, hallamos en Chauvet especies prácticamente inéditas en otras cuevas, destacando la representación de un búho, la de una pantera y, probablemente, la de una hiena. Parece poder afirmarse, por tanto, que los pintores de esta cueva mostraban una especial predilección por la representación de aquellos animales que (como los leones y otros carnívoros) suponían un claro peligro para los seres humanos. En un caso, parece evidente además la presencia de una venus, algo relativamente habitual en la escultura pero muy escaso en la pintura parietal.

En cualquier caso, no se trata solamente de la amplitud de este bestiario paleolítico; al mismo tiempo, las representaciones destacan además por su elevada calidad artística, de un alto naturalismo, quedando patente el interés de los pintores por imprimir dinamismo a las figuras que en ocasiones, son verdaderas composiciones en las que se muestran escenas de grupo. Incluso hay figuras que nos hablan de una clara búsqueda de la perspectiva. Por otra parte, las técnicas empleadas para todo ello son también diversas: pintura (realizada frecuentemente mediante difuminado y otras veces retocada con los dedos), grabado e incluso impresiones sobre arcilla en la pared de la cueva. Entre los colores, los más empleados son el rojo y el negro, que parecen distribuirse de manera diferente según el lugar de la cueva en el que nos encontremos. Los investigadores creen que el pintor comenzaba realizando la cabeza del animal (y, en su caso, también los cuernos), pasaba luego a efectuar el trazado general de la figura y concluía su trabajo añadiendo los diversos detalles.

Contexto Arqueológico:

Sobre la base de la datación por radiocarbono, la cueva parece haber sido ocupado por los seres humanos durante dos períodos distintos: el Auriñaciense y el Gravetiense. La mayor parte de la obra de arte se remonta a la más antigua de las dos eras, el Auriñaciense (30 000 a 32 000 AP). La posterior ocupación gravetiense, que se produjo hace entre 25 000 y 27 000 años, dejó poco más que huellas de un niño, los restos carbonizados de hogares antiguos y las manchas de humo de las antorchas que iluminaban las cuevas. Después de la visita del niño a la cueva, se descubrieron indicios que sugieren que la cueva se tapó hasta que se redescubrió en 1994. Las huellas pueden ser las más antiguas huellas humanas que se pueden fechar con precisión.

La cultura Auriñaciense está muy extendida, se presenta en la región del Alto-Danubio (Alemania), en Austria, en la región de Moravia (Eslovaquia), en la región de Santander (España). En Francia, los auriñacienses se instalaron en los pequeños valles, en la región de los Eyzies-de-Tayac en Dordoña y en el Piemont pirenaico. La presencia de esta civilización es muy discreta en Ardèche exceptuando la cueva Chauvet. En las gargantas de la Ardèche, se pueden citar los sílex procedentes del Auriñaciense antiguo encontrados en la cueva de la Higuera (San-Martin de Ardèche) y en el pequeño abrigo de los Pescadores (Casteljau). En el departamento vecino del Gard, se mencionará la cueva de Oullins y sobretodo el emplazamiento de Esquicho-Crapaou (Santa-Anastasia) que ha sido datado en 34.000 a 32.000 años. El Auriñaciense se distingue de las culturas precedentes por las numerosas mejoras obtenidas en la talla del sílex, por una diversificación de los útiles y por las innovaciones introducidas. El trabajo se realiza sobre hojas y no sobre lascas. Los tipos son normalizados: raederas para preparar las pieles, buriles para trabajar el hueso y grabar. Las cornamentas de cérvidos, el hueso y el marfil son utilizados en la fábrica de armaduras de caza. Los auriñacienses ya no emplean el propulsor ni el arco, tampoco han sido halladas agujas de ojo por lo que las ropas debían ser unidas de modo más grosero de lo que se hará en periodos más recientes. Dentro de las innovaciones figura el desarrollo del adorno corporal: conchas y dientes perforados, así como la presencia de otros colgantes en hueso se encuentran asociados a brazaletes y perlas de marfil. Sin embargo, la súbita expansión del arte monumental, del que atestigua la cueva Chauvet es ciertamente la mayor invención de esta cultura.

Los métodos de investigación: Cada año se realizan dos campañas de campo, cada una de ellas, de una duración de 15 días. Además, fuera de este periodo, los geólogos y especialistas de los suelos llevan a cabo su investigación anual durante dos semanas no consecutivas. El equipo de investigadores se sitúa, durante este tiempo, en la Base de Distracciones departamental del Municipio de Salavas, disponiendo así de salas de trabajo donde tienen acceso tanto a material de informática como de análisis. El resto del año, cada investigador, continuará dichos estudios en su laboratorio respectivo. Durante las campañas, la cueva cuenta con la presencia diaria de 8 a 9 personas, la mitad del equipo junto con la puntual visita de algún especialista, que trabajan alrededor de 6 a 7 horas. Los análisis de microclima ponen en relieve que el único medio existente para respetar el equilibrio de la cueva, es limitar la presencia humana a 12 personas al día, un máximo de 8 horas, durante 15 días. En alternancia una parte del equipo, aprovechan el tiempo en pasar los planos a limpio, intercambiar ideas e introducir datos en el ordenador y analizar los datos de la víspera.

Fuentes: (wikipedia, aprendersociales.blogspot.com, culture.gouv.fr)

2 comentarios:

  1. Impresionante!!!! Muy recomendable!

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  2. CAVE OF FORGOTTEN DREAMS. ENGLISH VERSION

    Comment: This is an excellent documentary by one of the best directors in film history. Werner Herzog made ​​numerous excellent documentaries, printing on them that characterizes this style: an animal vision, showing not only the stories that are visible but the ghosts, dreams and inner demons.

    Filmmaking is, for some, a subjective art, where the creator captures his vision, his way of seeing a story. Same way, some audiences pay more attention to the dialogues, others to the aesthetics, photography and editing, others to the acting. In Herzog's films, the important thing is history, the passions of the characters, their motives and deepest desires, which lead them to turn their destiny, achieving glory, failures and sometimes madness. Herzog is a pure cinema animal, a wild beast that breathes filming and has created wonderful stories reflected in films like Fitzcarraldo (1982). Or documentaries like Grizzly Man (2005), in which with his narration and impressions, creates a mobilizing experience to the audiences. And could not be otherwise, was Klaus Kinski, another giant being, who better embody these characters bordering on madness (or dive into it) in his stories. Who can forget his performances in Aguirre, the Wrath of God (1972), Nosferatu (1979) and the aforementioned Fitzcarraldo?

    This time Herzog takes us on a tour of the amazing Chauvet cave in southern France. It was discovered by three speleologists in 1994, and beyond its visual and geological beauty, another treasure was kept inside: many paintings that are, so far, the oldest found (32,900 years BP). Herzog guide us and walk beside the narrow footpaths metal and impressed watching the scenes on the rocks. He guides us and walk beside through the narrow metallic trails and impresses with the scenes on the rocks. In this regard, watching the film in 3D is fundamental to fully see the paintings, appreciate the movie and feel the experience of being there, feeling that we can touch the painted walls. And beyond the vision and Herzog comments, he gives us the interpretations, scientific and personal (if there is a difference between these two parts) of archaeologists, artists and other specialists working in Chauvet.

    Needless to try to describe the paintings on the walls: you must see this film and live the experience. Through his talks with various specialists, Herzog provides us an approach to the daily life of Paleolithic man. Far from a cold or academic vision, experts tell us in a friendly and didactic way their latest findings and ideas.

    By far, the best seen in 2011. A stunning documentary.

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