domingo, 1 de abril de 2012

MOROCCO (1930)

Josef Von Sternberg y Marlene Dietrich. El, uno de los grandes directores de la historia del cine que se caracterizó por su maestría en fotografía, luces y en la llamada "mise en scene" (cinematográficamente hablando, el término refiere a lo que se presenta ante la cámara como un todo -sets, luces, vestuario, ubicación de los actores e iluminación). Ella, personificación misma de la sensualidad para la cultura popular y leyenda del septimo arte. Juntos, hicieron varias películas de visión obligatoria para cualquier estudiante de la historia del cine.

Él lanzo su carrera al elegirla para el papel de Lola Lola en The Blue Angel (1929, filme con el que ambos alcanzaron fama y reconocimiento a nivel mundial) frente a otras actrices alemanas mucho más famosas en la época en que se disputaban el codiciado personaje (Lucie Mannheim y la futura cineasta de Hitler Leni Riefenstahl ansiaban el papel). Dietrich, por su parte, nunca mas hablaría de ninguna de las 17 películas mudas en las que participo antes de Blue Angel en su Alemania natal, afirmando siempre que su carrera comenzó con esta última. Habiendo alcanzado fama y prestigio, la dupla firma con la Paramount y hacen una película ambientada en el país africano Marruecos. El resultado, Morocco, nominada a 4 oscars por mejor director, mejor actriz, mejor dirección de arte y mejor cinematografía, es el objeto del presente comentario, el que encuentro muy grato de realizar ya que se trata de una de esas joyitas escondidas en blanco y negro realizadas por artistas que marcaron el camino para todo lo que se ve hoy en las salas de cine. Hoy dia, este film es recordado por la escena en la que Dietrich canta vistiendo smoking y galera, y al terminar su número besa a otra mujer, lo cual si bien hoy sería algo hasta inocente, en la época generó tamaño escándalo. Un soldado de la Legión Extranjera (Gary Cooper) llega a Marruecos con el resto de la tropa y se convierte en el Don Juan del lugar, teniendo amoríos con varias señoras comprometidas del lugar a escondidas, hasta que conoce y se enamora de una enigmática cantante de cabaret recién llegada al exótico lugar. Él teme caer en las redes de esta mujer de misterioso pasado que comienza a ganarse la vida en un bar nocturno de la ciudad. Ella, se encuentra en la disyuntiva de elegir entre la pasión y la oferta de otro pretendiente, un rico empresario de dudosos negocios que le promete una vida de seguridad, lejos del ambiente en el que debe moverse para sobrevivir. Ella elige la segunda opción, y él marcha hacia la costa de Amalfi con el resto de la tropa. Permanecen separados, aunque siempre presentes el uno en el otro, hasta que a la bella cantante le llega la noticia de que el soldado que conquistó su corazón fue herido en batalla, lo cual altera todos sus planes.



Es cierto que la trama no es la de Casablanca -todos los personajes de la muchas veces considerada mejor película de la historia del cine son interesantes, con un rico mundo propio-, pero la falta de una historia sólida es ampliamente compensada por la técnica cinematográfica. Como en toda película de Von Sternberg, la ambientación, iluminación y fotografía es impecable, recreando con pocos elementos el momento político de la época y el exótico lugar en el que la historia se desenvuelve de modo muy preciso. A esto se suma el carisma de los protagonistas; la seducción que irradian desde la pantalla estos íconos de la época de oro del cine es motivo suficiente para ver este filme. Es un lujo ver y escuchar a Marlene Dietrich cantar (recitar con melodía, más bien), moverse y fumar del modo en que lo hacía -en pocas mujeres el fumar puede verse como algo sensual-, con esa mirada provocadora que amenaza transgredir los límites de la época. Viéndola, las llamadas provocadoras y transgresoras en nuestra época terminan pareciendo copias de no tanta calidad. Cooper, por su parte, encantador en su típico papel de seductor rebelde y recio que muestra finalmente su lado sensible ante la mujer que logra conquistarlo. En todo momento, actúa con gestos mínimos -muchas veces, menos es más-, destacando siempre su virilidad mediante la marca registrada que hizo de su mirada. Claro que para ver una película de esta época hay que sacudirse de los efectos especiales y la técnica que se emplea hoy día. El espectador de hoy, puede que por el vértigo de los tiempos actuales, necesita otro tipo de estímulos, así como una inmediatez en los mismos. A principios de los treinta, en que recién comenzaba el cine sonoro, la noción del tiempo era otra, la forma en que se actuaba era otra -tanto en cine como en teatro-, en definitiva, la forma en que se producía y filmaba una película era otra. Debemos entonces adentrarnos en esa época mágica y dejarnos llevar a esas cálidas tierras africanas, llenas de sensualidad y aventura. Un poco de trivia: * En esta película, Dietrich aprendió sus líneas fonéticamente, ya que para esa época sabía poco y nada de inglés. * El éxito de "Morocco", junto al de las primeras películas de la irreverente Mae West, salvó a la Paramount de la quiebra en plena crisis del 30. * La dupla Von Sternberg-Mietrich siguió con películas de culto como "Sanghai Express", "Blonde Venus" y "Scarlet Empress".* Un cuento propio de chimenteros: parece ser que Von Stenberg y Cooper no se llevaban nada bien, y la marcación principal del director al galán era que siempre clavara su mirada en Dietrich, llevando toda la atencion del espectador hacia ella en detrimento de él. En realidad, era poca la gente que se llevaba bien con este director. Otra de sus víctimas fue un jovencísimo Cesar Romero, a quien casi hubo que llevarlo al hospital luego de que lo tuviera por horas subiendo y bajando escaleras, ya que no le convencía el modo el que lo hacía en una escena. La película puede verse desde You Tube (parece que la gente de Turner -TCM- cedió los derechos sobre el filme).

Entrada publicada por Oracle

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