domingo, 26 de febrero de 2012

TODOS FELICES

... TODOS INFELICES

Lamentablemente, a veces pasa. Uno ve la publicidad de una obra con un elenco notable, un director con interesante trayectoria como actor y una propuesta llamativa y, lo más probable, es que compre. Lo más probable es que haga la fila de la boletería y obtenga su entrada esperando pasar un muy buen rato. Y de pronto se encuentra con una sorpresiva decepción. A veces pasa.
El afiche de la muy publicitada nueva obra del Paseo La Plaza "Todos Felices" vende una comedia desopilante, protagonizada con un elenco de talentosos y reconocidos actores (Carola Reyna, Muriel Santa Ana, Silvina Bosco, Peto Menahem, Carlos Portaluppi y Juan Minujin), promesa de carcajadas a granel. Esto, sumado a un director como Oscar Martinez (también autor de obras como Ella en mi cabeza y Días contados), pareciera asegurar calidad. Sin embargo, la obra en cuestión no es más que la prueba de que nada asegura calidad, ni siquiera el talento o bien el oficio de carreras que superan en todos los casos, de actores y director, decenas de años.
Me ha dejado tan confundido el espectáculo que ni siquiera sé por donde comenzar a comentarlo. Sorprende que productores, elenco y dirección, al leer la obra (compuesta por tres piezas, llamadas "Jardín", "Comedor" y "Living" -esta última, la que presencié), hayan decidido ponerlo en escena.



La trama transcurre justamente en el living de una supuestamente casa materna donde se encontrarían hermanos, maridos y esposas, a pasar un feriado en familia. Escribo todo el tiempo en potencial, porque la situación planteada por el texto y la puesta en escena es tan confusa que realmente no se entiende del todo lo que está sucediendo. Esto, sumado a personajes totalmente estereotipados y sin ninguna gracia o mundo interno que despierte el más mínimo interés, hace que la primera media hora de la pieza consista en una letanía interminable que pretende ser cómica mediante gags, histrionismo y exabruptos de los actores que llegan a despertar alguna sonrisa en la atónita platea.
Sara (Reyna) es la estructurada y neurótica esposa de Leo (Portaluppi), el típico chanta para el que suelen convocar a este actor; Ani (Santa Ana) sería una desaliñada hermana menor que "quedó soltera" cuidando a una madre enferma, que supuestamente viviría encerrada en otro ambiente de la casa (no se sabe cual es); Charly (Menahem) serìa el apocado y falto de personalidad pretendiente de Ani, personaje gris al que todos atacan; todas las mujeres de la obra caen bajo un seductor incurable Daniel compuesto muy poco convincentemente por Minujin, mientras que Silvina Bosco encarna a su esposa sin logran definir en toda la obra un mínimo aspecto de la esencia del personaje que le tocó en suerte.
La pieza estaría ambientada en los sesenta, aunque más allá de la escenografía y el peinado de Carola Reyna nada retrata la época, siquiera se entiende por qué el director lo decidió así, cuando el texto sitúa la trama de un modo atemporal.
Volviendo a las interpretaciones, estan plagadas de aquello a lo que tienen pánico todos los actores profesionales, la sobreactuación. Todos gritan sus textos y caen en excesos para animar un texto que no tiene gracia alguna. A ello se suma que el director optó por una puesta en la que los actores dan la espalda a gran parte de la platea en gran cantidad de ocasiones, por lo que se pierden muchos gestos imprescindibles para dar vida al género de que se trata, la comedia.
En definitiva, un pazo en falso de un director y un elenco deslucido que acude a armas histriónicas lamentables, combo que hace sentir al espectador estafado.

4 comentarios:

  1. Lo que describís asemeja al teatro del absurdo: atemporalidad, lugar indefinido, degradación de los cuerpos, circularidad en la acciones (ésto tratá recordalo , si son secuencias que se repiten tanto en la temática como en el tiempo utilizado para cada situación) gags relativos al clown, textos que no son diálogos en sí mismos sino reflexiones en voz alta en donde los personajes buscan existir ó darle sentido a la vida mientras se espera la muerte. Si algo de esto surge de la obra, te recomiendo leer "El mito de sísifo" CAmus, las obras de Beckett y Ionesco y algo de Griselda Gambaro para que comprendas los procedimientos de esta poética nacida después de la segunda guerra mundial relacionada con la filosofía existencialista. Apostar al teatro comercial es eso, una apuesta, se puede ganar ó perder. Todo depende de lo que uno busque de un espectáculo si entretenimiento banal al estilo burgués ó una bofetada a los sentidos que produzca una experiencia que solo se es posible en el tiempo "no tiempo" del espectáculo teatral. lo que sucede en el escenario hay que verlo en el contexto y descifrarlo como signo, no en la linealidad de los que parece. El teatro es pura semiótica a pesar de las posturas realistas de fines de siglo XIX y el naturalismo. Para esto recomiendo y la lectura de Alain Badiou y Jossette Feral y para la lectura de los signos en escena Kowzan ó Fischer Lichte, ceo que hay algo en la web de esta gente. Por otra parte la lectura recomendada es como "texto espectacular", un entramado de signos que tienen sentido por la relación que establecen entre ellos y no aisladamente. Espero les sirva.

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  2. Completando lo anterior y si te interesa, te sugiero que revises este blog http://analisisiuna.blogspot.com/ ya que leo que hay gusto por el espectáculo. Las obras que proponen están lejos de ser comerciales y suelen ser experiencias movilizadoras independientemente tanto por que te pueden gustar como por no hacerlo. Inclusive organizan guías de abordaje de lectura.

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  3. Gracias por la data.
    Conozco muy bien lo que es el teatro del absurdo porque no solo lo he estudiado sino que tambien tuve la suerte de ponerlo en escena con gente muy talentosa, tanto egresados del Iuna como gente del elenco estable del San Martin. No es este el caso de la obra que se comenta.
    Volviendo a la obra en si, en realidad lo que lamento, y lo que tambien irrito a la gente entendida que me acompano a verla, es que se venda como teatro profesional un producto que pueda llegar a asemejarse a una muestra de colegio secundario.

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  4. Es un tema interesante. Sucede que el teatro, así como el cine, son artes muy subjetivas. Uno puede ir a la sala, ve una obra, y le encanta. Otro va a la misma obra y la aborrece. Por las razones que fuera. El teatro o el cine es apreciado por un público que no tiene por qué saber de metalenguajes, ni de autores, directores, o estilos. Eso se puede mencionar en una crítica especializada, como datos; pero al público no tiene por qué interesarle. El público va a disfrutar. Y cada persona saldrá con su opinión. Si se hiciera arte "solo para entendidos del tema" se debería poner un cartelito en la entrada que dijera "Para la obra que va a ver, debe tener tal o cual conocimiento; sino no va a entender lo que quiso expresar su director".
    Para disfrutar una buena obra, la gente solo necesita tener un mínimo conocimiento general, ser abierto y desear ver una obra.
    Y aunque tenga la complejidad que tenga a nivel intelectual, aunque cuente con la dirección del director mejor visto... aún así, habrá gente a la que le guste y gente a la que no.

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