lunes, 15 de agosto de 2016

Para suicidarte si vas a ver el Escuadrón





Este comentario lo escribe alguien que allá por fines de los 80 y principios de los 90 coleccionaba el mítico comic "El Escuadrón Suicida" escrito por John Ostrander y Luke Mc Donnel. Ese comic marcó un antes y un después en la forma en que las historias del universo de la DC (aquel por el que Superman vuela, Batman salta por las terrazas de góticos edificios y la Mujer Maravilla ata a los malos con su lazo mágico que los compele a decir la verdad), mostrando un lado más oscuro, violento y atrevido a la hora de salvar al mundo (occidental, mayormente) tal como lo conocemos.
La base de la historia era interesante: una oficina super-secreta del gobierno estadounidense decide "reclutar" a los peores supervillanos para misiones para las que ningún héroe (súper o no) se prestaría, y en las que probablemente pierdan sus vidas de mala manera. El trato: al que acepte realizar esa misión "suicida", y sobreviva la misma, se le descontarán años de la larga condena que recae sobre su cabeza o bien mejoras notables en sus condiciones de detención. Allá por los 80´s la forma de controlar que no se fugaran en medio de la misión era ponerles un brazalete que estallaría si el "GPS" indicaba que estaban fuera del radio mínimo de control (en el nro. 1 de la historieta vuela el brazo de un villano de poca monta para mostrar que va en serio). Hoy día la teconología, que avanza a pasos imposibles de seguir, permite que a los psicópatas y sociópatas que integran el escuadrón se les inyecte un chip que hará explotar sus cabezas apretando un simple botón en caso de indisciplina.
Muchos de los supervillanos que están en nuestro inconsciente colectivo pasaron por el escuadrón; algunos sobrevivieron y otros dejaron sus vidas en las sanguinarias misiones que se contaron en unos 150 números de la historieta (que, con muchas interrupciones, aún se edita en USA). Todos ellos al mando de una inescrupulosa y fría agente del gobierno, Amanda Waller, para quien es leitmotiv la norma que reza "el fin justifica los medios".
 La idea es muy atractiva hoy día, teniendo en cuenta el éxito que hace una década tienen las películas de superhéroes y los avances tecnológicos con los que hoy cuenta la industria. Y todos los fanáticos del comic, tras la proyección de un atrapante y vertiginoso trailer en el comic-con (feria mundial de comics que se hace en San Diego todos los años) hace un año atrás (si, un año!! -véase "el negocio de la expectativa" escrito por Sebax hace unos meses), esperábamos con ansias la peli, que parecía que iba a ser buena.
Tras el desastre de "Batman vs. Superman" empezaba a sospechar que "El Escuadrón" quizá no fuera tan buena. Empezaron a circular noticias de "reshoots" (nuevas tomas) filmadas sobre la base de lo ya producido, las que intentaban dar un tono no tan oscuro a la película. Para una mayor distribución y para ampliar el target de gente a la que iba dirigida, se la calificó como "apta para mayores de 13 años" en lugar de limitarla sólo para adultos. O sea, ya había señales que indicaban que "no sería tan buena".
Ahora, nunca esperé esto.
La película se estrenó en yanquilandia y recibió pésimas críticas. El elenco sacó un comunicado diciendo que los críticos estaban mal predispuestos y habían decidido odiarla antes de ir a verla. Los fans de los comics levantaron un petitorio para que se cierre un portal donde se hace un resumen de todas las críticas que reciben las distintas películas semana a semana ("rotten tomatoes") alegando que existiría de parte de los críticos una campaña de boicot contra las películas basadas en personajes de la DC Comics. Jared Leto, furioso, salió a criticar a la Warner por el modo en que la productora editó sus escenas y eliminó otras en la etapa de posproducción (el nuevo Guasón justificaba un poco lo que se venía).
Fuera de toda mala predisposición -quien mas que un coleccionista querría que hubiera sido buena, y que hubieran muchas secuelas-, la película es sorprendentemente mala. La palabra es sorpresa. No se entiende como, con un presupuesto de 175 millones de dólares, a la hora de distribuir los fondos no se preocuparon con tener un guión de una mínima calidad. Lleno de lugares comunes, chistes tontos, situaciones sin sentido -casi ingenuas- pareciera que estuvieran subestimando al espectador.
Las actuaciones no son malas (de hecho Will Smith, si bien no se tomó la molestia de investigar un poco cuál era su personaje, no esta mal) y se destaca mucho Margot Robbie a la hora de componer a la secuaz del Guasón, Harley Quinn. Pero la trama es pobre, atolondrada, confusa por la cantidad de personajes que quieren introducir sin la base de un mínimo argumento sólido.
Se nota que los actores firmaron el contrato ante la ilusión de entrar en una franquicia millonaria -que les daría trabajo por años desfilando en secuelas a granel-  sin que hubiera siquiera un bosquejo de guión.  Y cuando llegó, cuando lo leyeron, hicieron lo que pudieron y se encomendaron a la magia de los efectos especiales y la edición.
Sin respiro la historia comienza presentando a los protagonistas con interminables flashbacks de cada uno no muy bien desarrollados. En uno de ellos aparece Jared Leto componiendo a su Guasón -o Joker, según gusto y afición-, y no queda muy bien parado. Se ve que Leto hizo un gran esfuerzo para darle vida y un estilo propio al mítico personaje, pero lo que quizo hacer al componer al psicótico asesino en serie de pelo verde y sádica carcajada no congeniaba con el estilo liviano que la Warner quería para este producto.
En el medio de todo, peleas y tiros a granel, explosiones, aviones que se estrellan, y SPOILER SPOILER ALERT una bruja que no da miedo (baila y se contorsiona de un modo ridículo para hacer sus conjuros) como la villana entre villanos de una historia que mejor quede para el olvido.
Pero es cierto que la opinión muere en el número. A una semana y media de su estreno, "Escuadrón Suicida" lleva recaudados 450 millones de dólares en todo el mundo, cuando los productores pusieron 175 millones para hacerla. O sea, un negocio que veremos si da para secuelas. Esos muchachos que pusieron la plata se reunirán en un par de meses y dirán "hacemos la II?" y nosotros esperaremos que no nos subestimen tanto y mejoren, aunque sea un poquito, la calidad.